jueves, diciembre 28, 2006

Llegó la Navidad

Sus ojos parecían luna llena. Todas las noches Salvador se sentaba de piernas cruzadas, manos apoyadas al rostro y sus codos reposaban en las rodillas, para contemplar el pesebre.
El primero de diciembre toda su familia tenía como tradición, reunirse en casa de su abuelita desde la mañana para hacer el pesebre. Era muy emocionante se encontraba con sus primos, quienes llevaban sus papeles, colores y lápices para hacerle la carta al Niñito Jesús. Salvador era el más chiquito de la familia y no entendía de las fiestas decembrinas, tampoco sabía escribir, pero igual ese día lo disfrutó mucho. Escuchaba de su abuelita: “Dentro de 24 días nacerá el hijo de Dios, por eso tenemos que tener listo nuestro pesebre para cantarle y alabarle”. Sus tíos y tías armaban unas cajas que cubrían con papeles de color verde y marrón en los que pegaban aserrín y musgo para que simulara un bosque, con montañas, un desierto y luego colocaban un poblado con casas de madera que tenían corrales de cochinos, de gallos, gallinas, patos, también habían establos con caballos, vacas, toros y ovejas guiadas por pastorcitos. Era como los pueblitos venezolanos, luego colocaron luces, una gran estrella, un gallito y un hermoso Ángel. El toque final, era un establo en el que estaban una mula y un buey, ahí colocaron a José y a María. En la noche ya estaba listo. Prendieron las luces y la familia sonrió y cantó, cuando la abuelita dijo: “Muchachos llegó la Navidad".
Salvador preguntó ¿Qué es la Navidad? Es el nacimiento de Jesús, el Salvador del mundo, por eso tú te llamas así. –Respondió la abuelita. En ese momento era mayor su sombro e incomprensión. No sabía que tenía que ver él con el Niño Jesús. Desde entonces, se sentaba al pie del pesebre para descifrar cual era la relación y esperaba con ansias la llegada del Niñito. Llegó 24 de diciembre y sus padres le dicen a Salvador: “Hoy es un día muy especial, nos reuniremos toda la familia, cantaremos, haremos un intercambio de regalos y una cena porque a las doce nacerá el Niño Jesús". A un minuto para ser las doce de noche, todos se reúnen alrededor del pesebre y cuando marca la hora la abuelita saca de una cajita un hermoso bebe y dice: ¡Que viva el amor que nos enseña el Niño Jesús…Feliz Navidad!. Salvador desde donde estaba sentado, veía como todo el mundo se abrazaba y se decía que se amaba, además vio que era un momento de unión, en el que no existen diferencias de ningún tipo y comprendió en su forma ingenua, que la relación entre él y el Niño Jesús era el Amor.